Así Somos en San Pedro

“A San Pedro le falta un centro de ocio bonito para la juventud”

PEPE ROMERO  Empresario hostelero

Pepe Romero, marbellí que vive en San Pedro desde los 12 años, siempre ha estado ligado  a los negocios de hostelería, como prueba el hecho de que a los 21 años abrió su primer establecimiento, el Bar Los Mariscos, y que tres años después fueran seis los bares a su cargo y el de su familia. Su padre fue el ‘inventor’ del término chiringuito como restaurante de playa en el año 1954 y, aunque ya retirado, cada día se le puede ver en el suyo, Kala Kalúa, o en el Restaurante Nuevo Reino. Aficionado a los coches antiguos, ha sido el presidente del Club de Vehículos Históricos Costa del Sol hasta hace bien poco y es miembro activo de la asociación Marbella, capital de la Costa del Sol. Estamos ante un personaje de la historia viva de San Pedro, una persona de costumbres que toma champán diariamente y siempre viste de color blanco.

Pregunta. ¿Qué hay de cierto en que el término chiringuito se acuñó aquí?

Respuesta: Mi padre tenía en el año 54 el primer chiringuito de España, porque antes eran merenderos, pero en la urbanización Cortijo Blanco había cuatro productores de cine y varios artistas que cuando rodaban montaban un chiringuito con agua y comida con los trabajadores. Se hacía con bloques de hormigón encima de unos tablones y de techo unas cañas. De ahí salió el nombre.

P. Entonces era de tu padre.

R. Sí, yo mi primer chiringuito lo monté en los 70 y dábamos espectáculo de flamenco. Después pasó a llamarse Ruj, como la discoteca que primero se llamó El Salón Rojo.

P. ¿Cuánto tiempo estuvo abierta la discoteca Ruj?

R. Más de 20 años. Entre las dos estuvieron 35 años, así que todos los que ahora tienen alrededor de 50 años se echaron novia o novio allí.

P. ¿Y por qué la cerraste?

R. Llegó la crisis del 83 y, aunque funcionaba bien, me vine a la zona de abajo y abrí los negocios por aquí (estamos en el Paseo Marítimo).

P. Aunque estás jubilado se te sigue viendo por aquí.

R. Yo vengo a comer con amigos y clientes, pero a mi ahora lo que me gusta son los coches antiguos y he dejado los negocios a mis hijos.

P. Y ahora has vivido esta otra crisis mundial…

R. Ahora ya la esperábamos, la del 80 me pilló por sorpresa, pero esta vez empecé a tomar medidas desde 2006 y me fue mejor.

P. Podrías haber aconsejado al Gobierno de España sobre la crisis…

R. Le mandé una carta a Rajoy diciéndole lo que tenía que hacer, pero no me hizo caso.

P. ¿Qué medidas son?

R. Pues muy fácil. Que haya un par de empleados en cada gasolinera suministrando la gasolina, ya que es un producto de alto riesgo y que cada empresa no europea que abra un establecimiento en España tenga como obligación contratar al menos un empleado europeo. Se crearían muchísimos puestos de trabajo.

P. ¿También has aconsejado al Ayuntamiento de Marbella?

R. No ha hecho falta, porque hemos creado una asociación que se llama ‘Marbella, capital de la Costa del Sol’ cuyo objetivo es resolver problemas existentes en todos los ayuntamientos de la Costa del Sol y conseguir que Marbella sea la capital.

P. ¿Cuáles son las claves para que un restaurante funcione y se distinga?

R. La limpieza es la número uno, que la calidad del producto sea la mejor, que esté expuesto para que el cliente lo vea. Honradez y calidad.

P. ¿Qué opinas del desarrollo de San Pedro?

R. Me gusta, porque cuando yo llegué aquí estaba todo por hacer, San Pedro eran tres calles y la feria se hacía en la Plaza de la Iglesia.

P. ¿Qué echas en falta?

R. Ocio para la juventud, hacer un centro bonito con discotecas, bares y demás.

P. Tú de ocio nocturno sabes bastante, ¿qué actividades hacías en Ruj?

R. Había un día clave, el Día de los Enamorados, en el que teníamos una serie de artículos que todo hombre tenía que cumplir y el que no lo hacía iba a la calle. Todos los artículos eran bonitos y esa noche era la mujer la que tenía que sacar a bailar al hombre, cuando se acababa el baile ya estaban unidos para siempre. Los jueves había concurso de baile y juegos de todo tipo.

P. No me puedo resistir a preguntarte cuánto tiempo llevas vistiendo de blanco y por qué…

R. Sólo unos 38 o 39 años. Fue por una cosa muy sencilla, aquí estaba Jaime de Mora que siempre vestía de traje negro y con un capullo rojo. A mi también me gustaba vestir de traje, pero de diferentes colores y un día, por la moda del whisky Blanco y Negro decidí vestirme de blanco y hasta hoy. A los velatorios también voy de blanco.

P. ¿Tienes alguna otra costumbre tan arraigada como ésta?

R. Sí, llevo unos 40 o 45 años bebiendo diariamente como mínimo media botella de champán.

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  • Publicado en el periódico San Pedro Información en Noviembre de 2015