“Antes no pensaba en el toro, ahora prohibiría las corridas”
JUAN JIMÉNEZ Empresario de la construcción
Juan Jiménez Alarcón, empresario sampedreño ligado a la construcción y los electrodomésticos desde bien joven, llegó a San Pedro cuando era un niño con su familia, natural de Estepona, y se instaló en El Ingenio. Inquieto y emprendedor, Jiménez pronto empezó a abrir negocios e incluso se zambulló en el mundo taurino, pisando numerosas plazas de toros. Su casa fue el punto de encuentro de personalidades de la época como El Cordobés o Don Jaime de Mora, aficionados al tiro de pichón. En su oficina de ventas de las propiedades que llevan ese mismo nombre, Juan Jiménez ha levantado un museo alrededor de su historia, de su vida, y en los recuerdos bucea a sus 84 años afirmando que el momento más feliz de su existencia es precisamente éste.
Pregunta. ¿Usted nació en San Pedro?
Respuesta: A mi me trajeron muy pequeño para acá. Mi abuelo compró una finca y nos vinimos a vivir para aquí. Él era oriundo de Fuengirola, pero ya vivía toda mi familia en Estepona.
P. ¿Y a qué se dedicaba su familia?
R. En principio al campo, que también lo hacía yo. Luego mi madre montó una pequeña tienda de comestibles en El Ingenio y mi abuelo adquirió terrenos.
P. ¿Cómo era el San Pedro de su infancia?
R. Eran tres callecitas.
P. Luego creció y empezó su vida profesional…
R. Sí, yo empecé con una ferretería en la calle Marqués del Duero y luego compré el solar donde está la tienda de electrodomésticos y eso fue creciendo hasta el punto que llegué a tener cinco tiendas en Málaga, en Estepona y otros lugares. Creé una cadena.
P. ¿Por qué se decantó por los electrodomésticos?
R. Pues porque era algo de lo que entendía un poco. Eso fue en los años 60, cuando empezó el boom turístico y al no haber competencia los negocios resultaron favorables porque había mucha clientela por el turismo y también era distribuidor de butano.
P. Fue un gran éxito…
R. Sobre todo porque lo hice yo solo desde la nada. Creé una gran cadena llamada Juan Jiménez Electrodomésticos.
P. Y la afición por el toreo ¿cuándo llegó?
R. Desde pequeño iba de ‘maletilla’ ayudando a toreros y esperando una oportunidad. Era una ilusión infantil que por suerte pude cumplir. Cuando estaba asentado con los negocios empecé de forma más seria y llegué a torear en casi toda España. Luego fui rejoneador y finalmente compré una ganadería y muchos toreros querían torear mis toros.
P. ¿Por qué se alejó del mundo del toreo?
R. No cuajé bien como torero, por eso lo intenté como rejoneador, pero ahí no depende sólo de ti, también del toro y no gané dinero con ello, no era rentable. La plaza de toros de Puerto Banús fue de mi propiedad, pero la vendí.
P. ¿Recibió cornadas?
R. Nunca. Como mucho una caída del caballo.
P. ¿Ha tenido otras aficiones, como el deporte?
R. La verdad es que no. Y aunque fui el presidente de la U.D. San Pedro nunca me ha interesado mucho el fútbol.
P. ¿Ha sido afortunado en el amor?
R. Me han gustado mucho las mujeres y aunque sólo me casé una vez tengo dos hijas, nietos y bisnietos.
P. ¿Qué objetivo le queda por cumplir?
R. He construido mucho en San Pedro, el edificio Horizonte, Juncal y con la urbanización Tiro de Pichón me retiro ya. Quedan entre 15 y 20 casas por vender solamente.
P. ¿Se arrepiente de algo?
R. No. Bueno, de haber matado toros y pichones. Antes no me ponía en el lugar del animal, pero ahora sería incapaz de matar, incluso prohibiría el toreo porque sufro.
P. ¿Cuál ha sido el momento más feliz de su vida?
R. Ahora.
- Publicado en el periódico San Pedro Información en Diciembre de 2015