PEDRÍN. Lindezas
¡Ostras Pedrín!
Si es verano y el teniente de alcalde de este nuestro maravilloso pueblo anuncia que va a dar una rueda de prensa, los compañeros de pleno, ya sean amigos o rivales, se echan a temblar. Nadie sabe a ciencia cierta lo que va a decir y si va a ir a favor o en contra. Lo único que es seguro es que dará que hablar, para bien o para mal como diría el otro, pero dará que hablar.
Este mes ha tocado dar una rueda de prensa al más puro estilo pepero. Ya habíamos destacado otras veces la capacidad de mimetización del señor Piña, y que no tiene reparos en desdecirse obviando que hoy en día todo queda grabado y escrito, pero como él va a lo suyo, en el tema de las lindes, como en tantos otros, se ha metido en un berenjenal y ha soltado unas cuantas “lindezas” que retratan muy bien a quien está sentado en el despacho de la Villa de San Luís.
Resulta que no hace tanto tiempo, cuando los compañeros de despachos eran de otro color y de una ideología distinta, que la alcaldesa de Marbella hubiera intentado cambiar las lindes del término municipal por la zona de Benahavís era un robo para San Pedro Alcántara y un acto que lo único que perseguía era beneficiar al entorno de la regidora del municipio. La lucha por los límites naturales era una de las condiciones que se firmaron en el acuerdo de gobierno en el año 2015 y que paralizaba el expediente de deslinde que inició en su día Ángeles Muñoz, además de una de las principales excusas que puso en su día para justificar la coalición de los partidos menos votados.
Pues todo eso, hoy, tres años después, y uno con nuevo compañero de cama, era un “galimatías” perpetrado por el PSOE y la Junta de Andalucía para engañar a unos pobres políticos que lo único que querían era el bien para San Pedro Alcántara. Ya no hay robo al pueblo, sino unas líneas que ya venían marcadas en el PGOU del 86 y que por tanto dan legitimidad al deslinde, que supone una cesión de terrenos de San Pedro Alcántara a Benahavís, terrenos los cuales, dicho sea de paso, pasan a ser urbanizables en el municipio vecino, con la de beneficios que eso acarrea para sus propietarios, quienes, o casualidad del destino, conocen muy bien en la Plaza de los Naranjos marbellí. Al más puro estilo de Fariña, nuestro teniente de alcalde debería de poner a uno de sus muchos cargos de confianza a escribir el guion de lo que a buen seguro se convertiría en una exitosa serie de televisión.
Poderío que tiene la rubia. La imagino yo entornando párpados y mirando con sonrisa embaucadora a nuestro bravucón teniente de alcalde diciéndole que pelillos a la mar, y que no le va a tener en cuenta todo lo que dijo de ella anteriormente, y que, si apoya su causa y sus lindes, ya le tocará algo, algún milloncillo más de presupuesto o algún cargo de confianza más, que las elecciones están a la vuelta de la esquina y que nunca se sabe… Que se saque de la manga lo del voto particular y ¡ea! mandado hecho.
Por otro lado, lo que me inquieta a mi es la postura del presidente de OSP, el señor Osorio, con esa seriedad en el semblante y haciendo menos ruido que las galácticas aspiradoras que pululan por el pueblo. A veces parece que está porque tiene que estar, pero que si por él fuera… No sé yo si tanto tiempo en el despacho del Ayuntamiento de Marbella le ha quitado capacidad de palabra, de pensamiento propio o de sentimientos sampedreños, o simplemente que no habla porque no le dejan. O que no habla porque es como los ventrílocuos y está hablando a través del señor Piña, siendo él el que realmente maneja los hilos. Creo que va a ser esto último. Él maneja a su antojo sin exponerse a la opinión pública. Vaya listo que nos ha salido. Y, claro está, es una trama más para nuestra serie.
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