Medidas para prevenir el ahogamiento de niños en piscinas y playas
Los servicios de pediatría de los Hospitales Vithas han elaborado sendos decálogos de recomendaciones
Cada año, un número significativo de fallecimientos se producen en España a causa del ahogamiento de niños en piscinas y playas. El mar es el lugar donde más ahogamientos se registran; y en la mayoría de los casos se producen en lugares sin vigilancia, tal y como indica el Informe Nacional de Ahogamientos.
Así, según se recoge del último dato publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2017 fallecieron 36 niños por esta causa. Muchos de estos ahogamientos tuvieron lugar en piscinas privadas y gran parte de los mismos se refieren a niños menores de 5 años. A esta dramática estadística hay que añadir, además, los menores que sufren secuelas neurológicas, fracturas graves y otras patologías derivadas de accidentes en el agua.
Por todo ello, los servicios de pediatría de los Hospitales Vithas han elaborado sendos decálogos de recomendaciones que pueden ayudar a padres y cuidadores a evitar más muertes infantiles por esta causa. Muchas de estas recomendaciones son extensibles a las personas adultas, sobre todo de edad avanzada, ya que es el colectivo que concentra el mayor número de ahogamientos.
Medidas de prevención de ahogamiento en piscinas
- Vigilancia continua: no existe sustituto de la vigilancia de un adulto. Quien acompañe al niño debe estar permanentemente vigilando y si se ausenta debe nombrar un sustituto. Es primordial no perder de vista a los pequeños cuando se bañan o están cerca del agua.
- Norma 10” 20”: el adulto debe mirar al niño cada 10 segundos y debe permanecer a una distancia tal que le permita llegar en 20 segundos.
- Detectar riesgos: comprobar si existe algún modo de que el niño muy pequeño llegue a la piscina y de qué manera lo haría, para evitarlo.
- Protección: incorporar dispositivos de seguridad que impidan que el niño llegue al agua en un descuido.
- Aprendizaje: antes del verano y desde bastante pequeños deberían aprender a flotar primero y nadar después. Este aprendizaje no exime en ningún caso de la vigilancia.
- Dispositivo de rescate: tener a mano salvavidas, pértiga y teléfono para contactar con emergencias.
- Orden: mantener alejados de la piscina juguetes u objetos que llamen la atención del niño y al sentirse atraído por ellos le hagan acercarse al agua.
- Drenajes: asegúrate de que los sistemas de drenaje están apagados y los niños están lejos de los mismos.
- Seguridad: tener vallas, cobertores de invierno, alarmas perimetrales o de inmersión, elementos de flotación adaptados a cada niño.
- Emergencias: aprende la secuencia de reanimación cardiopulmonar (RCP) y el teléfono de emergencias (112).
Medidas de prevención de ahogamiento en playas
- Siempre acompañados: nunca dejes a los niños ir solos a la playa. Ellos no tienen la misma percepción del peligro que nosotros y pueden menospreciarlo.
- Mejor con socorrista: elige playas con servicio de socorrista. Respeta y sigue sus indicaciones.
- Chaleco: mejor saber nadar, pero si no es así, en el mar, mejor chaleco que flotador o manguitos.
- Evitar saltos: enséñales que no deben saltar desde las rocas o cualquier tipo de plataforma en altura, el peligro que ello supone y las consecuencias desastrosas que puede acarrear. Predica con el ejemplo.
- Desconfía de los inflables: las colchonetas, flotadores, etc. dan falsa sensación de seguridad.
- Después de comer: deben entrar despacio en el agua ya que existe el riesgo de hidrocución ante cambios bruscos de temperatura.
- Vigila constantemente: en la playa hay mucha gente. No los dejes solos ni un minuto.
- Confía en el socorrista: si hay que hacer un rescate, sigue siempre sus instrucciones.
- La RCP salva vidas: aprende la secuencia de reanimación cardiopulmonar (RCP) y el teléfono de emergencias (112).
- Protégele del sol: Aplica crema solar SPF50 con frecuencia, gorro, gafas de sol, ropa ligera, protector labial con filtro solar. Los golpes de calor pueden ser fatales en el agua.
*Estas recomendaciones son extensibles a pantanos, embalses o las pozas que se forman en algunas playas cuando baja la marea.