MANUEL FERNÁNDEZ VALDIVIA. Orden de prioridades
Desde Lagasca
Cualquier acción política, sea del nivel que sea, debe tener en cuenta un estricto orden de prioridades. Si tomamos como referencia la pirámide de Maslow, en la base nos encontraremos, entre otras, con necesidades fisiológicas como la alimentación y el descanso. Se trata, por tanto, de ejercer políticas que garanticen a niños y mayores que su alimentación será continua y de calidad.
Por ejemplo, la que se recibe en los colegios, dista mucho de estar dentro de estos parámetros. Me refiero a la que realizan empresas de catering, tan desprestigiadas públicamente en repetidas ocasiones, pero en las que los políticos siguen confiando. De igual forma, el descanso nocturno y dominical no será alterado bajo ninguna circunstancia. Por desgracia, carreras de coches y motos, locales nocturnos no acondicionados y el tráfico excesivo, son asignaturas políticas pendientes desde hace años en nuestro pueblo.
Siguiendo con nuestra pirámide, en el segundo escalón está situada la seguridad y, entre todas las subcategorías que se citan: la salud, el empleo de calidad, la seguridad física y de la propiedad privada, deben ser tenidas en cuenta. En estos aspectos, el gobierno local, autonómico y estatal dejan mucho que desear. La Costa del Sol y, concretamente San Pedro Alcántara, carece de los recursos suficientes para cubrir todas las necesidades sanitarias que requiere una población de 55 mil habitantes, unido a Nueva Andalucía. Incluso cuando se finalice la ampliación del actual centro de salud, seguirá siendo deficitaria la atención médica en la zona. Aun así, continúa paralizado el proyecto de un nuevo ambulatorio en la parcela destinada a tal fin, situada en el antiguo “Cielo de San Pedro”.
Para colmo de males, hace unos días salió a la luz pública, que los alumnos del colegio Montessori, se vieron en la necesidad de realizar una marcha por las calles de San Pedro Alcántara, para pedir ayuda en nombre de su compañera de 11 años, que padece una enfermedad rara, con el fin de visualizar su problema y conseguir 200.000 euros que se necesitan para costear la investigación del gen que causa sus dolencias, el VPS13D. En pleno Siglo XXI, resulta tremendo que ni Ayuntamiento de Marbella, Junta de Andalucía o Estado, aporten ese dinero de entre tan cuantiosos impuestos que se recaudan, para que los afectados por enfermedades raras, sus familiares y amigos no deban mendigar e iniciar campañas de este tipo.
Tengan en cuenta que el Ayuntamiento acaba de aprobar el gasto de 1,8 millones de euros para el patrocinio de la Copa Solheim de golf. Nuestros dirigentes defenderán que es necesario el gasto, pero creo, so pena de ser excéntrico, que las necesidades sanitarias de las personas, deben anteponerse a cualesquiera otras. Las prioridades están claras. Siendo político, solo hay que elegir el camino correcto.