Opinión

No más pantallas vacías

San Pedro de Alcántara, nuestra querida localidad, es un lugar donde prima la cercanía, la comunidad y el bienestar de sus habitantes. Sin embargo, como en cualquier otro rincón del mundo, nuestros jóvenes se enfrentan a nuevos desafíos, muchos de ellos vinculados al mundo digital. Las redes sociales, las plataformas de videojuegos y los dispositivos móviles han revolucionado la forma en que nos comunicamos y relacionamos. Sin duda, estas herramientas ofrecen innumerables oportunidades para aprender, conectar y divertirse. Pero también esconden riesgos que pueden afectar negativamente el desarrollo de nuestros adolescentes.

Estudios recientes revelan datos preocupantes sobre el uso de las tecnologías digitales entre los jóvenes. Un porcentaje cada vez mayor de adolescentes pasa horas al día conectados, a menudo en detrimento de otras actividades como el estudio, el deporte y las relaciones sociales presenciales. Esta sobreexposición a las pantallas se ha asociado a problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño. Además, el ciberbullying, la exposición a contenidos inapropiados y la adicción a las redes sociales son problemas cada vez más frecuentes. Los adolescentes pueden sentirse aislados, juzgados y presionados a cumplir con unos estándares de belleza y éxito irrealistas, lo que puede tener graves consecuencias para su autoestima y bienestar emocional.

Ante este panorama, es fundamental que, como padres y madres, educadores y miembros de la comunidad, tomemos conciencia de los riesgos que conlleva el uso excesivo o inadecuado de las tecnologías digitales. Debemos equipar a nuestros jóvenes con las herramientas necesarias para navegar por este mundo virtual de manera segura y responsable. La educación digital es clave para prevenir problemas como la ciberadicción, el ciberbullying y la exposición a contenidos inapropiados. Debemos enseñar a nuestros hijos a utilizar las tecnologías de manera crítica, a identificar las fake news y a proteger su privacidad en línea.

Conscientes de esta problemática, en el IES Guadaiza hemos puesto en marcha la “Escuela de Familias”, una iniciativa dirigida a padres, madres y tutores que busca brindarles las herramientas y conocimientos necesarios para acompañar a sus hijos e hijas a lo largo de su crecimiento personal en una etapa tan compleja como es la adolescencia. A través de talleres y charlas informativas, los participantes podrán aprender a identificar los signos de alarma del uso problemático de las tecnologías, a establecer límites claros y a fomentar hábitos saludables en el uso de dispositivos electrónicos. Además, se abordarán temas como la privacidad en línea, el ciberbullying, la seguridad en internet y la importancia de mantener una vida equilibrada entre el mundo online y el mundo offline. Nuestra primera sesión, que tendrá lugar el próximo 30 de octubre, estará dedicada a los peligros de las redes sociales y al fomento de hábitos saludables en el uso de las tecnologías.

En la era digital, nuestras pantallas se han convertido en una extensión de nosotros mismos. Nuestras vidas, nuestras relaciones y nuestras formas de aprender se han transformado radicalmente. Sin embargo, detrás de esta revolución tecnológica se esconde un gran desafío: cómo garantizar que nuestros jóvenes utilicen estas herramientas de manera consciente, responsable y beneficiosa. Ya no basta con limitar el tiempo que nuestros hijos e hijas pasan frente a las pantallas. Es necesario llenar ese tiempo con contenidos de calidad, fomentar la reflexión crítica y promover el desarrollo de habilidades digitales que les permitan navegar por el mundo online de manera segura y autónoma.

Educar en el siglo XXI es una tarea compleja que va más allá de transmitir conocimientos. Debemos preparar a nuestros jóvenes para un futuro incierto, donde la tecnología seguirá evolucionando a un ritmo vertiginoso. Esto implica desarrollar en ellos habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad, la resolución de problemas y la colaboración. Las redes sociales, los videojuegos y las plataformas de streaming ofrecen un sinfín de posibilidades para aprender y divertirse. Sin embargo, también pueden ser una fuente de distracciones, de información falsa y de contenidos inapropiados. Es por ello que debemos enseñar a nuestros hijos e hijas a ser consumidores críticos de información y a distinguir entre lo que es útil y lo que no lo es.

La familia y la escuela tienen un papel fundamental en la educación digital de nuestros jóvenes. En casa, los padres y las madres deben establecer límites claros y ser modelos a seguir en el uso de las tecnologías. En los centros educativos, los profesores deben integrar las herramientas digitales en sus clases de manera pedagógica y significativa, fomentando el aprendizaje activo y colaborativo.

No más pantallas vacías. Llenémoslas de oportunidades, de aprendizaje y de experiencias significativas.