El pescador que conoce los secretos del Mediterráneo
Pocos peces se resisten a las cañas de pescar que erizan el barco de Alberto Vázquez
Alberto Vázquez es un veterano experto de la pesca deportiva en las aguas del Estrecho y el Mediterráneo. Lleva años acaparando los primeros puestos en el ranking nacional en esta categoría. San Pedro Información ha pasado un día en su embarcación Macumar II para conocer cómo pesca y otros misterios del mar.
El mar corre por las venas de Alberto Váquez. Su sangre debe ser un poco más salada que la del resto de las personas ya que es la única manera de explicar la pasión que este veterano pescador siente cada vez que prepara las cañas y aparejos de su barco Macumar para participar en los torneos de pesca deportiva. Además de pasión, Alberto tiene los conocimientos del mar, de los peces y del clima que ha adquirido con los años y que le han permitido estar entre los números 1 de la pesca deportiva de España, rozando el puesto que le hubiera permitido representarla dentro de un año en el Mundial de Portugal.
Su gran tesoro son sus dos hijas y su mujer Inmaculada, “Macu”, que da nombre a Macumar, su barco de poco más de 8 metros con el que ha conquistado títulos por muchos puertos españoles del Mediterráneo, Atlántico y Cantábrico. Supliendo con sus conocimientos de la pesca y el mar lo que otros tratan de hacer con mejores barcos y equipos más sofisticados.
En el Macumar se ha embarcado por un día San Pedro Información para conocer de primera mano las técnicas marineras y pesqueras de Alberto. A la busca esta vez del veloz y escurridizo pez espada en la Marlin Cup celebrada en el Puerto Deportivo de Marbella. Doce horas en las que hemos conocido a una persona que comparte con generosidad los secretos y trucos para conseguir las mejores piezas.
“La pesca es cuestión de paciencia, de conocer al pez, de saber que, si es luna llena, caza por la noche y será más difícil su captura. O si el agua está por debajo de los 22 grados no se dejará ver. Hay que leer el comportamiento de las aves, de los peces voladores. Y saber sacarle el máximo partido a las muestras (los señuelos que emplea), las cañas de pescar, el tipo de anzuelos y otros factores que hay que tener en cuenta”, señala Vázquez. Para ayudarle en todo esto está Antonio Cerván, otro veterano que lleva varios años compartiendo éxitos con Alberto.
Esta vez los peces espadas están especialmente esquivos, y Alberto tiene tiempo para hablar y reivindicar “el poco peso que tiene la pesca deportiva en el reparto de la cuota de atún rojo, apenas 10 toneladas para repartir entre los 3.000 barcos de pesca deportiva, algo absurdo, ya que la pesca comercial reparte entre las diversas artes las más de 3.500 toneladas restantes”. Vázquez señala que en Estados Unidos la tendencia es la inversa, “allí se prima la pesca deportiva sobre la comercial, lo que provoca que haya un enorme mercado de muchos pequeños pescadores deportivos que viven de ello, una industria náutica paralela y pueblos enteros que basan su economía en la pesca deportiva. Mientras que en España unos pocos se lo llevan todo y nos dejan las migajas”.
Para cualquier pescador deportivo el atún rojo es el rey, el túnido al que todos quieren tener enganchado a la caña. Y Alberto los ha pescado de más de 300 kilos, tras combates titánicos de varias horas. “Los mejores ejemplares se pescan en el Estrecho de Gibraltar. Lo curioso es que hay que tener cuidado de que no te birlen la presa el par de familias de orcas que viven en las aguas del Estrecho y que están acostumbradas a que los pescadores deportivos les hagamos el trabajo para ellas llevarse el atún rojo cuando éste deja de luchar”.
Entre charla y charla Alberto ha tenido poca suerte en la Marlin Cup, ningún pez espada ha picado y no hay combate. Así es la mar. Unos días te cubre de gloria y otros días te demuestra lo chico que eres, no importa el equipo y la experiencia que tengas.
El atún rojo, acaparado por el de la pesca comercial
Todos los indicadores señalan que los caladeros de atún rojo están recuperándose a un ritmo espectacular. Prueba de ello es que cuando se abre la veda, en apenas unos días se pesca el total del cupo asignado a España, 3.534 toneladas. Y eso que somos el país europeo que más atún rojo captura, dentro del cupo internacional para esta pesquería, que es de 19.226 toneladas, 11.203 toneladas de las cuales son para la Unión Europea.
La gran empresa que controla la pesca del atún rojo es la tarraconense Balfegó. De los seis barcos que componen la flota nacional de cerco, cuatro de ellos operan con el grupo Balfegó. A esos cuatro buques se suman siete barcos de nacionalidad francesa con los que operan conjuntamente y que elevan a 1.500 toneladas el cupo total de atún rojo para la empresa.
Esta empresa familiar no sólo se dedica a la pesca, sino que además las capturas que realizan sus barcos son trasladadas a las granjas para el engorde de los peces que posen en la costa catalana. Para hacerse una idea del negocio que gira en torno al atún rojo, basta señalar que recientemente, en la mayor lonja de pescado del mundo, la de Tsukiji en Tokio, fue vendido en 2013 un atún rojo de 222 kilos por el precio récord de 1,3 millones de euros. Y Balfegó vende 1,5 millones de kilos de atún al año a 33 países y más del 55% del total se exporta a Japón. Además, los mejores ejemplares son mimados hasta el punto de que viajan en avión al país asiático.
* Reportaje publicado en San Pedro Información, octubre 2016.