Opinión

Aplaudiendo delitos

Por Manuel Fernández Valdivia

Dicen que uno de los grandes problemas que arrastra la Humanidad es el maltrato a la naturaleza. Y que por eso, entre otras consecuencias, vivimos pandemias como la del COVID-19. En esto parece que coinciden casi todos, a excepción de alguna facción política, muy de moda estos días, a causa del hartazgo de cierta “ciudadanía” en lo que, hasta ahora, habían sido partidos de derecha e izquierda en todo el país.

No obstante, en cuanto al concepto “limpieza”, parece que no estamos tan de acuerdo. Para algunos, limpieza sería lavarse la cara con la punta de la toalla mojada en agua, para otros, arrasar con todo lo que tienen en casa y arrojarlo a la vía pública. Después estarían los del término medio. Muchas veces en la moderación está la razón. Estos podrían decir que limpieza, en el ámbito público, es contratar a personas que están en paro y, ahora sí, limpiar de basura y flora invasora, por ejemplo, el Río Guadaiza. De esta forma, se conseguiría paliar las consecuencias del desempleo para muchas familias de San Pedro Alcántara; mantener uno de los pocos espacios naturales que nos quedan; evitar el arrastre de materiales durante las lluvias torrenciales; facilitar la moderación del clima; mejorar la calidad del aire; reducir la escorrentía de lodo y; como no, producir zonas de sombra gracias al arbolado.

Esto nos lleva al destrozo que esta semana pasada ha realizado el mismo Ayuntamiento de Marbella en el citado Río Guadaiza que, en su momento, arrasó con un buldócer la necrópolis de la Basílica Paleocristiana de Vega del Mar para, inconscientemente, pretender instalar allí un merendero.

Estas son las cosas de nuestros políticos. Dicen las malas lenguas que la actuación viene de la necesidad de una constructora de tener las vistas despejadas para poder vender sus pisos. Y la verdad es que, después de 15 o 20 años pidiendo adecentar el río, con las consiguientes y reiteradas negativas municipales, justo cuando se está construyendo en su rivera, sí aceptan “limpiar” el cauce.

A un servidor, se le negó por el Distrito de San Pedro Alcántara, coger unas bolsas de basura y retirar de allí latas, plásticos y demás restos que los sampedreños vamos regalando a uno de nuestros ríos. Somos así de generosos. Y el Ayuntamiento tan… Me permitirán no pronunciar gruesas palabras en esta columna.

Más triste aun son los iletrados insultos que, en redes sociales, está recibiendo una de las personas que denuncia esta situación. Nada menos que profesor y catedrático de Geografía Física de la Universidad de Granada. Todo un orgullo para San Pedro Alcántara pero que la ignorancia, el partidismo, o la mala intención, agravian sin argumento. Todo sea por la economía de la empresa de maquinaria contratada, la imagen de nuestra amada alcaldesa o, simplemente, por llevar la contraria. Aunque eso sea defender un presunto delito contra el medio ambiente y la ordenación del territorio.

Así nos va.

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