Opinión

Educación pública, el corazón de nuestra comunidad

Hoy, 14 de mayo, nuestra comunidad y toda Andalucía participan en un evento significativo: la Huelga General Docente. Esta jornada, convocada por USTEA, ANPE y CCOO, lleva un mensaje claro: “Aumento de las plantillas docentes”. Las demandas centrales de esta movilización reflejan una urgente necesidad de abordar varios aspectos fundamentales de la educación pública, que van desde reducir las ratios en las aulas, hasta mejorar las condiciones laborales del personal docente.

La huelga de hoy subraya la urgencia de implementar medidas concretas. Se busca incrementar la dotación de profesionales de orientación educativa, pedagogía terapéutica y audición y lenguaje en todos los centros, garantizando una atención adecuada a la diversidad de necesidades de nuestro alumnado. También se propone reducir la carga horaria de los docentes para eliminar prácticas extenuantes y mejorar nuestra salud mental, lo cual impactaría positivamente en la calidad educativa.

Centrándome en la realidad de nuestra localidad, y más concretamente del IES Guadaiza, centro en el que imparto clase, lamentablemente, nos encontramos con que nuestro instituto lleva meses enfrentando una situación complicada que no todos conocen. Faltan manos en áreas esenciales. No hay conserjes ni personal administrativo. Cada vez que el centro comparte una foto en Instagram, lo hace mostrando la misma imagen de la entrada del edificio, donde cuelgan dos carteles que ya casi forman parte del paisaje: “No hay conserje”, “No hay administrativo”. Son dos frases simples, pero que cuentan una historia profunda de necesidades no cubiertas y de una comunidad escolar que, a pesar de las adversidades, sigue luchando por ofrecer la mejor educación posible.

Quizás algunos se pregunten por qué una falta de personal administrativo o de conserjería es tan grave. La respuesta es simple: cada engranaje en la máquina de la educación es crucial. Sin estos roles, todo se vuelve más complicado. Los profesores y los estudiantes son los que más sufren, enfrentando obstáculos que van más allá de lo académico. Un centro educativo funciona eficazmente no solo por la calidad de sus docentes, sino también gracias a aquellos que gestionan y mantienen nuestras instalaciones.

Este llamado a la acción no es solo un reclamo temporal o una protesta pasajera. Es un recordatorio de que la educación requiere de un compromiso continuo y sostenido de todos los sectores de la sociedad. Es imperativo que, como comunidad, apoyemos estos esfuerzos. Necesitamos asegurar que nuestras voces se escuchen en los espacios de decisión y que las medidas propuestas se implementen eficazmente. Cada uno de nosotros tiene un papel crucial en la promoción de un sistema educativo robusto y equitativo.

Desde nuestra localidad, tenemos la responsabilidad y la oportunidad de mostrar nuestro apoyo. No necesitamos señalar culpables o centrarnos en disputas políticas; lo que realmente necesitamos es un compromiso firme y sincero con la educación de nuestros jóvenes, más allá de ideologías y campañas. Es esencial que todos, desde familias hasta autoridades locales, trabajemos juntos para resolver estas deficiencias que afectan no solo al presente, sino al futuro de nuestra sociedad.

Apoyemos a nuestros educadores, a nuestros estudiantes, y recordemos que la educación de calidad es un derecho que todos merecemos. Unamos nuestras voces, no solo hoy, sino todos los días, para asegurar que instituciones como el IES Guadaiza no solo sobrevivan, sino que prosperen. Porque al final del día, cuando cuidamos de nuestra educación, estamos cuidando de nuestro futuro.

Reflexionando sobre este día de huelga, es esencial reconocer que nuestra lucha en el Guadaiza es un reflejo de un problema más amplio que afecta a la educación pública en todo el país. Sin embargo, el foco de mi mensaje hoy es menos sobre la huelga en sí y más sobre la importancia de entender y apoyar las necesidades de nuestro instituto local.

Como profesora, veo cada día el potencial inmenso de nuestros jóvenes, y sé que, con el apoyo adecuado, no hay límites para lo que pueden lograr. En San Pedro Alcántara, conocido por su espíritu comunitario y solidario, tengo la esperanza de que encontraremos caminos para mejorar la situación en nuestro querido centro.

La educación es el pilar más fuerte en la construcción de un futuro prometedor para todos nuestros jóvenes. Juntos, podemos asegurarnos de que el entorno educativo de nuestro pueblo no solo cumpla con las necesidades actuales, sino que también esté preparado para enfrentar los retos del mañana. Invito a cada miembro de nuestra comunidad a mantenerse activo y participativo en este diálogo. Asistan a las reuniones escolares, participen en los foros de discusión y expresen su apoyo a las iniciativas que buscan mejorar nuestra educación. Es esencial que nos mantengamos informados y comprometidos, no solo hoy, sino en adelante, para garantizar que San Pedro Alcántara sea un modelo de excelencia educativa.

Unámonos todos en este esfuerzo, porque cada paso que damos para mejorar nuestro sistema educativo es un paso hacia un futuro más brillante y justo para nuestros estudiantes y para nuestra comunidad. Porque, al final del día, una educación sólida no es solo una inversión en el futuro individual de nuestros estudiantes, sino el motor que impulsa el progreso de toda nuestra sociedad.