¡Hola, Septiembre! Abrazos, retos y un Adiós con sonrisa al Verano
Septiembre llega con su brisa fresca, susurrándonos al oído que es hora de retomar rutinas y abrazar nuevos retos. Para muchos padres y madres, este «Hola, Septiembre» viene acompañado de un suspiro de alivio. Tras un verano intenso de juegos, risas y alguna que otra rabieta, la vuelta al cole se convierte en un oasis de tranquilidad. Pero no nos engañemos, bajo esa sonrisa de despedida al verano se esconde también un poquito de melancolía. Esos días de sol y playa, de tardes sin prisas y noches estrelladas, se desvanecen como un espejismo, dejándonos un regusto agridulce en el paladar.
Como profesora, soy testigo de la mezcla de emociones que embarga a mis alumnos y alumnas en estos primeros días. La ilusión por reencontrarse con amigos se entrelaza con el temor a las nuevas asignaturas y responsabilidades. Y es que septiembre, más que un simple cambio de mes, es un punto de inflexión que nos invita a reflexionar sobre lo vivido y a proyectar lo que vendrá. Es un momento para hacer balance, para cerrar capítulos y abrir otros nuevos, para despedirnos de lo que ya no nos sirve y dar la bienvenida a todo aquello que nos haga crecer.
Un septiembre para cultivar la inteligencia emocional
Este nuevo curso es una oportunidad para cultivar nuestra inteligencia emocional, esa capacidad de reconocer y gestionar nuestras emociones y las de los demás. Como nos recuerda Mario Alonso Puig, «La inteligencia emocional es la clave para alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida». Y no solo eso, es también la base para construir relaciones sanas y significativas, para tomar decisiones conscientes y para vivir una vida plena y feliz.
Padres, madres, profesores… todos jugamos un papel fundamental en el desarrollo emocional de nuestros niños y jóvenes. Enseñémosles a identificar sus emociones, a expresarlas de forma adecuada y a buscar soluciones constructivas ante los conflictos. Recordemos que, como dice Ángel Martín, «No se trata de no tener miedo, sino de aprender a convivir con él». Os animo a conocer el trabajo de estos dos autores, Mario Alonso Puig y Ángel Martín, a sumergiros en sus libros y charlas, porque en ellos encontraréis herramientas valiosas para guiar a las nuevas generaciones en este apasionante viaje del autoconocimiento.
Construirnos para construir el futuro
Pero no olvidemos que para ayudar a las generaciones venideras a construir un futuro mejor, también nosotros, los adultos, debemos seguir creciendo y aprendiendo. Septiembre es un mes para retomar nuestros propios proyectos, para cultivar nuestros talentos y para seguir construyéndonos como personas. Porque solo desde la solidez de nuestro propio ser podremos ofrecer un apoyo firme y amoroso a quienes nos rodean.
Valorarnos y celebrar nuestros logros
Septiembre también es un buen momento para hacer balance y valorarnos. ¿Qué hemos logrado en estos meses? ¿Qué retos hemos superado? No olvidemos celebrar nuestros éxitos, por pequeños que parezcan. Cada paso, cada esfuerzo, cada aprendizaje, merece ser reconocido y aplaudido.
Y a quienes aún no han alcanzado sus metas, les animo a no desfallecer. El camino puede ser largo y a veces pedregoso, pero cada paso nos acerca un poco más a nuestro destino. Como dice el refrán, «Roma no se construyó en un día». La perseverancia, la paciencia y la confianza en uno mismo son los pilares que nos sostendrán en los momentos de duda y nos impulsarán a seguir adelante.
Y mientras nos adentramos en este septiembre lleno de posibilidades, no podemos olvidar que octubre se asoma en el horizonte con la esperada Feria de San Pedro de Alcántara. Un momento para celebrar nuestras tradiciones, disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos y recargar pilas para seguir afrontando los retos que nos depare el futuro. Una pausa festiva en el camino, un recordatorio de que la vida también es celebración y disfrute.
Así que, ¡bienvenido, septiembre! Te recibimos con los brazos abiertos, dispuestos a aprender, a crecer y a construir un futuro mejor para todos y todas. Un futuro donde la inteligencia emocional, el autoconocimiento y la valoración de nuestros logros sean los cimientos sobre los que se erija una sociedad más justa, más compasiva y más feliz.