JESÚS MACKINTOSH. La guardería
El Sueño del Marqués del Duero
Durante los meses de Julio y Agosto podemos contemplar las primeras andanzas de la nueva prole de pollos de gaviota nacidos en primavera. Para poder distinguirlos de los adultos, les pongo en antecedentes para que puedan entender mejor el porqué del color de su plumaje. Aunque de tamaño similar a sus congéneres mayores, como pasan mucho tiempo en la arena de la playa deben de evitar ser vistos por sus depredadores naturales, adquiriendo un plumaje que se mimetiza con el entorno, siendo este de tono muy parecido a la arena. De hecho cuesta algunas veces distinguirlas a cierta distancia si están quietas. Los ejemplares de más edad comienzan con el paso de los años a ir aclarando su plumaje hasta conseguir los tonos blancos en el cuerpo y argénteos en las alas.
Se agrupan en bandadas para obtener mayor seguridad y adquirir diferentes técnicas vitales que les ayude en un futuro: no permanecen solas, sino que siempre están controladas por varios adultos que son los que les vigilan e instruyen en dichas técnicas. La formación que componen a unos doscientos metros de la costa, posadas sobre el mar, la denomino cariñosamente la guardería, porque no disimulan su falta de experiencia en cualquier movimiento que hacen, evidenciando su bisoñez. Su vuelo es muy torpe y errático, no saben qué dirección deben tomar cuando inician el despegue del agua, siendo reprendidos para que mejoren sus actitudes.
Conforme avanza el verano su destreza va aumentando de manera considerable. Hecho que se puede contemplar siguiendo la linealidad de su vuelo, siempre detrás de la gaviota guía que les dirige, ayudada por otros dos o tres adultas que se intercalan entre los pollos, y que todas ellas son las grandes responsables de la mejoría adquirida. El colofón final lo pone la lección de vuelo los días de Levante o Poniente intenso, y es un placer contemplarlas surcando los contornos de los bosques de eucaliptos diseminados en paralelo a la línea de playa. Se puede apreciar cómo la coordinación del grupo es perfecta, todos siguen la misma linealidad para aprovechar las turbulencias que se producen en el contorno de los árboles. Muchas veces he pensado que disfrutan enormemente de dicho ejercicio aéreo por la armonía que sus acrobacias trasmiten.
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