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Basílica Paleocristiana: historia de un hallazgo extraordinario olvidado por las administraciones

Desde su descubrimiento hace casi 100 años sólo ha despertado el interés de expertos y arqueólogos

El macro yacimiento romano y medieval de la Basílica Paleocristiana de San Pedro ha sumado un episodio más a la larga serie de ninguneos y maltratos que ha sufrido por parte de todas las administraciones públicas durante décadas. En este caso ha sido a cuenta del futuro trazado de la tubería del Saneamiento Integral que Acosol tenía pensado situar justo al sur de la basílica. Entre la duna donde se encontraron hace unos años dos tumbas del periodo imperial romano y las casetas de los pescadores junto al bosque de eucaliptos. En plena zona de influencia arqueológica.

Acosol y georadar

Desde Acosol argumentan que no han presentado oficialmente ningún proyecto a la Junta, sólo un estudio de georradar que ratifica la presencia de diversas construcciones romanas bajo la arena. El consejero delegado Manuel Cardeña explicó a este periódico que “ese estudio demuestra nuestro interés por la protección del patrimonio histórico en la zona,. No en vano tenemos presupuestados casi medio millón de euros en un parque arqueológico en la zona”. Aunque, a este respecto, el teniente de alcalde de San Pedro, Rafael Piña, ha querido precisar que “el estudio de georradar fuimos nosotros quienes exigimos a Acosol que lo hicieran tras una reunión mantenida con sus técnicos. Ya que sabíamos de la existencia de restos romanos en la zona de la duna”.

Informe de la Junta

Sin embargo, el dictamen emitido desde la Delegación de Cultura de la Junta en Málaga al analizar el estudio del georradar no puede ser más contundente. No sólo no se puede hacer el retranqueo por donde estaba previsto, sino que se tendrá que eliminar el tráfico rodado junto a la playa, retirar todas las barcas de pescadores y trasladar las casetas a otra ubicación. Señalando además que, para que la futura Senda Litoral pase por esta zona, tendrán que hacerse aportes de arena encima de la duna para proteger más aún esta parte del yacimiento.

En todo caso, los técnicos de Acosol tienen pendiente una reunión con la Delegación de Cultura de la Junta para concretar el trazado de la futura tubería de saneamiento. “Si retranqueamos por encima de la basílica, por la calle Eucalipto, tendremos que irnos a los ocho metros de profundidad. Y seguramente encontraremos otros restos arqueológicos”, explica el consejero delegado de Acosol Manuel Cardeña.

El retranqueo de la tubería de saneamiento se tiene que hacer y es necesario que así sea para sacar de la playa esta infraestructura que sufre roturas cuando hay temporales en invierno. En la zona de la duna de El Ingenio y la Basílica Paleocristiana ha quedado demostrado que el trazado debe respetar los restos existentes. Pero ¿Y en el tramo entre las Termas Romanas de Guadalmina y la basílica? Según Cardeña, “sabemos que hay también restos arqueológicos en el entorno del arroyo del Chopo, pero en esta zona actuaremos más a largo plazo”.

Abandono

El yacimiento romano de San Pedro es uno de los más importantes de Málaga. No en vano fue declarado en 1931 “Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Nacional”, protegiéndose el territorio comprendido entre los ríos Gualdamina y Guadaiza. Lo que, según explica el historiador José Luis Casado Bellagarza, “da idea de la importancia de los restos arqueológicos encontrados. Y que tenían sus dos hitos en las termas romanas de Las Bóvedas y en la basílica paleocristiana y necrópolis de Vega del Mar. Aunque existían muchos más elementos dispersos”.

En estos casi 90 años muchos restos han desaparecido. Según el arqueólogo Miguel Requena, “había  constancia de unas cubas para el salazón de pescado, un acueducto y otros yacimientos que desgraciadamente se han ido perdiendo”. “Con el paso de los años, y especialmente debido a la urbanización originada por el auge turístico experimentado en la Costa del Sol a partir de la década de 1950, se fueron ocupando zonas y destruyendo muchos de los hallazgos que vemos cartografiados en mapas anteriores. La norma, generalizada y no escrita, consistía en la ocultación de los descubrimientos al construir viviendas y otros edificios”, explica Casado Bellagarza.

Restos en dunas

A lo largo de las décadas los arqueólogos y expertos que han visitado el yacimiento romano de San Pedro han reconocido la importancia y riqueza de este hallazgo histórico. Y han alertado, de manera casi ridículamente reiterativa, sobre el abandono y falta de conservación de los restos. Ya que toda la duna está cubierta de restos de vasijas y otros restos de hace casi dos mil años.

Por eso, tanto Requena como Casado Bellagarza están de acuerdo en que lo mejor que se puede hacer es cubrir toda la zona con arena . Y que dentro de cincuenta años venga una administración comprometida con poner en valor nuestro pasado invirtiendo dinero que saque a la luz todo el complejo arqueológico.

Mucho queda por hacer para poner en valor la zona. El potencial para enseñar nuestro pasado a los más jóvenes o atraer  a un turismo cultural de calidad es enorme.

Mientras tanto, tendremos que esperar para encontrar tesoros como el de la tumba de la niña Firmana, hallada en la basílica, y que cuenta con una inscripción en la que reza: “La niña Firmana, de carácter dulce, vivió entre los buenos durante dos años y ocho meses. Fue recibida en la Paz, el día de las Calendas de Febrero, Martes”.

 

Un increíble yacimiento encontrado por casualidad

En el año 365 un maremoto arrasó el litoral mediterráneo occidental. Devastando, según algunos expertos, la mítica ciudad de Cilniana. Los supervivientes la reconstruyeron posteriormente en torno a la Basílica Paleocristiana de Vega del Mar y centrando su modo de vida en torno a la exportación de pescado en salazón. Posteriormente, otro maremoto dañaría de muerte en el año 526 toda la zona, enterrando y abocando al olvido estos yacimientos.

Como tantos hallazgos arqueológicos extraordinarios, la Basílica Paleocristiana fue encontrada por casualidad.

A principios del siglo XX la dirección de la Colonia Agrícola de San Pedro, a cargo de José Martínez Oppelt, decidió plantar eucaliptos para desecar la zona cercana al litoral que era pantanosa. Haciendo los hoyos para fijar los árboles encontraron los primeros restos de este yacimiento. Martínez Oppelt llevó a cabo unas primeras excavaciones, aunque hubo que esperar a 1929 y 1930 para que se realizara un estudio arqueológico más exhaustivo. Este fue llevado a cabo por José Pérez de Barradas, un profesor y arqueólogo que completó un exhaustivo trabajo en todo el entorno de la basílica, saliendo a la luz un total de 148 tumbas y excavándose el contorno de la basílica.

Cilniana

Pérez de Barradas además planteó que los numerosos restos del entorno de la basílica; las cercanas termas romanas; el acueducto que lo surtía de agua; los saladeros; los muros varios y mosaicos tenían relación con la misteriosa y aún no ubicada ciudad romana de Cilniana.

Ha habido varias excavaciones más después de la de Pérez de Barradas. Las más destacadas han sido las de Carlos Posac y Rafael Puertas en 1977, 1978, 1979 y 1981. En las que salieron a la luz 34 tumbas más. Y una última investigación se llevó a cabo en 1991, cuando se descubrieron unas construcciones y dos tumbas datadas en la época altoimperial junto a la duna. Y cuyo trazado fue confirmado recientemente tras el susodicho estudio con georradar.

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