Manuel Lolo González, el sampedreño que roza los techos del mundo
Acaba de volver del Himalaya de intentar hacer cumbre en el pico Broad Peak
Manuel, Lolo, González acaba de volver del Himalaya de intentar hacer cumbre en el pico Broad Peak uno de los ochomiles que aún no había alcanzado. San Pedro Información ha hablado con él para conocer los detalles de esta gesta y reconocer la trayectoria de uno de los mejores alpinistas andaluces de la historia.
La relación de la montaña con el hombre es algo mágica. La montaña siempre ha ejercido una atracción en los hombres que han sabido escucharla. Los alpinistas himalayistas pertenecen a una casta aparte. Son un gremio de personas selectas, subyugadas por la llamada de las montañas, por la Naturaleza más pura e inaccesible, capaces de realizar algunas de las gestas físicas y mentales más espectaculares que puede hacer el ser humano.
Y en San Pedro Alcántara vive una de esas personas. Un hombre que ha sido el primer andaluz de la historia en subir el Everest, junto al sevillano Iván Jara en el año 2000. Una persona que ha realizado 30 expediciones al Himalaya y 11 intentos de subida a ochomiles. Se llama Manuel, Lolo, González, es un autónomo que tiene una empresa de trabajos verticales en edificios pero que, durante 50 días al año, se dedica a rozar los techos del mundo desde hace 30 años.
Broad Peak
Ahora acaba de volver de intentar la subida al Broad Peak, una cumbre de 8.047 metros en el Himalaya. Durante el pasado mes de julio se desplazó junto al vasco Jonathan García al campo base de esta cumbre, “donde felizmente había muy pocas expediciones, ya que es un pico bastante masificado”, señala Lolo. “Esto ha supuesto que hayamos unido fuerzas con los otros grupos, teniendo que abrir la ruta nosotros, equiparla con cuerdas y abrir la traza a los diferentes campamentos. A finales de julio hicimos un intento, pero a 7.700 metros cambió el tiempo y decidimos darnos la vuelta, había mucho viento en altura y regresamos”, cuenta el alpinista sampedreño.
Después de esto, todos los grupos se dieron por vencidos y regresaron y su compañero Jonathan García tuvo que irse también a un hospital por unos trombos en las piernas, pero Lolo decidió hacer un segundo intento con el experto escalador catalán Óscar Cadiach. “Para mí ha sido una gozada poder subir con Cadiach, es todo un referente y un escalador de fama mundial. En el segundo intento hubo que volver a abrir toda la traza y encontramos mucha acumulación de nieve. A 7.200 estaba por la rodilla y nos faltaban 600 metros de desnivel hasta el collado de la antecima, había además riesgo real de avalancha”, con lo que ambos alpinistas decidieron volverse al campamento base. Una pena para Cadiach, ya que es su tercer intento en el Broad Peak y el último ochomil que le queda por subir de los catorce que hay.
Aunque esta vez no ha podido hacer cumbre Lolo vuelve muy satisfecho del Himalaya, “mi proyecto deportivo es escalarlos todos, aunque al final no consiga cumbre. He cambiado el chip, ya no busco hacer cumbre, lo que quiero es conocer el resto de los ochomiles aunque no consiga llegar a lo más alto. Y vivir la experiencia con la mayor intensidad. Por eso he disfrutado tanto en el Broad Peak, ya que hemos tenido que equipar toda la montaña, hacer la traza, poner activa la ruta, aunque no hayamos hecho cumbre. Estoy muy satisfecho, porque hemos podido hacer el pastel y, pese a no poner la guinda, el pastel ha salido perfecto”.
Cinco cumbres
Lolo ha tenido grandes momentos a lo largo de su dilatada carrera como himalayista. Ha subido cinco cumbres, Cho Oyu, Everest, Manaslu, Lhotse, Gasherbrum2 y llegado a más de 7.000 metros en otras seis: Dhaulaguiri, Makalu,K2, Annapurna, Gasherbrum1 y ahora el Broad Peak. Aunque también ha sufrido alguna de las peores experiencias que puede tener un alpinista. En mayo de 2011, después de hacer cumbre en el Lhotse, coincidiendo con otros grandes alpinistas españoles como Juanito Oyarzabal, el veterano Carlos Soria o Carlos Pauner, cuando descendía hacia el campamento 4, al agacharse a coger la cuerda fija y volver a incorporarse le dio un mareo y, como él señala “pasé a otro nivel de conciencia, me desorienté totalmente, deambulando por la ladera de la montaña durante toda la noche mientras sufría alucinaciones. Al amanecer me tumbé en la nieve y me entregué a la muerte dulce, pero al poco rato llegaron los rescatadores, reaccioné y pudieron descenderme hasta el campo base.”
El otro momento trágico en su carrera como alpinista fue la caída de su compañero Juanjo Garra en la subida al Daulaguiri el 23 de mayo de 2013. A 8.000 metros se partió la tibia y el peroné. “El sherpa se quedo con el accidentado mientras yo descendía a buscar ayuda, pero fue una situación muy trágica porque estuvo dos días sin poder ser rescatado. Se movilizó mucha gente, los helicópteros hicieron lo que pudieron pero no pudo ser” señala el alpinista sampedreño. En el Himalaya, a partir de los 7.500 metros es la zona de la muerte, donde los alpinistas intentan estar lo menos posible. A esa altura, cualquier problema físico supone normalmente la muerte.
Lolo ya está de vuelta. El 4 de agosto salió de Broad Peak y llegó a Málaga el 9 de agosto. “Una vez llegas a casa el contraste es muy duro. El día que llego siempre me voy a comer un plato de boquerones con cerveza. Y al día siguiente por la mañana me voy a trabajar, cambio el chip no sé muy bien cómo, ya que los primeros días desde que regreso estoy pero no me encuentro aquí, sino allá en el Himalaya”.
Cuestión de actitud
Según Lolo disfrutar de la montaña no es cuestión de altura, es cuestión de actitud. “En la montaña he tenido experiencias tan gratificantes en un ocho mil como en un dos mil. Disfruto igual subiendo al Torrecilla que subiendo a la Concha o a picos en el Himalaya. Y la montaña hay que disfrutarla, hay que respetarla, hay que estar preparado física y técnicamente. Si tienes todo eso, entonces llega la seguridad. Porque a veces lo importante es darte la vuelta a tiempo. Las montañas siempre están ahí, no se van a ir. Hay que saber medir los riesgos”.
Aunque acaba de llegar, Lolo ya está pensando en su próxima expedición: la ascensión al Nanga Parbat, uno de los ocho miles que le falta. “Quiero reunir un grupo de escaladores para intentar esta cumbre pakistaní. Hace unos años hubo un atentado islamista y ha estado un poco fuera de los circuitos de las expediciones, lo cual lo hace apetecible para evitarnos masificaciones”.
Broad Peak
Broad Peak, conocida como K3, es, con 8047 metros de altura la decimosegunda montaña más alta del mundo. Está situada en el área del Himalaya llamada Karakorum cerca de la frontera de Pakistán con China. Fue ascendida por primera vez el 9 de junio de 1957 por Fritz Wintersteller, Marcus Schmuck, Kurt Diemberger y Hermann Buhl, que formaban parte de una expedición austriaca.
El Broad Peak es el undécimo ochomil en la escala de peligrosidad, con un ratio de ocho muertes por cada cien ascensiones.
Suelen producirse fundamentalmente por las malas condiciones meteorológicas que barren la cordillera del Karakórum y que pueden resultar fatales durante el descenso, cuando se producen el 80% de los accidentes en el Himalaya.
CLUB ALPINO AMA DABLAM
Ama Dablam es el club de montañismo y senderismo de San Pedro Alcántara. Lolo fue uno de los fundadores hace 30 años. Tiene más de cien socios federados y un gran prestigio a nivel nacional. Lo más importante del club es que está formado por gente que les gusta lo que hacen. Y es el lugar ideal donde mejorar las capacidades técnicas de cualquier persona que quiera acercarse al mundo del montañismo, la escalada, etc.
La bandera de Ama Dablam ha ondeado muchas veces en diversos picos del Himalaya. Por eso viene gente de otros pueblos y provincias sólo a federarse y participar en las actividades de senderismo, alpinismo, descenso de barranco, escalada deportiva, etc. que organiza el club. Celebra reuniones todos los jueves.
* Reportaje publicado en San Pedro Información, septiembre 2016.