JESÚS MACKINTOSH. Marbella, capital San Pedro
El sueño del Marqués del Duero
Existe un estado; físicamente muy bien delimitado por la Naturaleza; cuyo límites son: Al sur, por la línea de costa que une los puertos pesqueros de Marbella y de Estepona; y al norte, este y oeste, por el espléndido arco montañoso que comienza y termina en dichos extremos; estando compuesto por las sierras Bermeja, Palmitera, Apretaderas, Real y Blanca.
Todo el territorio enclavado en el interior de este excelso marco natural disfruta de unas condiciones climáticas que difícilmente pueden ser superadas en ninguna otra parte del planeta; dada la poco probabilidad de que se repitan: Altitud; latitud; orientación; oceanografía; baja densidad poblacional humana en sus alrededores derivada de la abruptuosidad del terreno; inexistencia de fábricas contaminantes; proximidad al Estrecho de Gibraltar que separa dos bioclimas completamente diferentes: Atlántico y Mediterráneo…
El espacio descrito supone solo el 0,0009% de la superficie de Andalucía, pero los desarrollos económicos que suceden en su interior superan con creces al 99,9991% restante: como el número de mansiones valoradas en varios millones de euros; de la flota de vehículos de alta gama; de embarcaciones de gran eslora que surcan por el mar que le rodea; de tiendas de las primeras firmas de lujo internacionales; del número de botellas de Champagne que se descorchan cualquier noche de verano…
Las diferencias son tan abrumadoras como para que de una vez por todas se comience a reconocer y desarrollar la magnitud de la excepcionalidad del territorio que ya en la Edad Media recibía el nombre de Tierras de Marbella, y ahora se asocia con la marca Marbella.
En este estado de Marbella existe un núcleo capital en torno al cual todo rota y pivota; lo lleva siendo desde hace tiempo; y sigue la estela de la idea precursora y visionaria del Marqués del Duero: San Pedro. Su ubicación dentro del territorio descrito; incluso se puede considerar como número áureo; siguiendo la geometría divina de la serie matemática de Fibonacci; ya que aun no estando en el centro geográfico; sí lo está en la porción donde la superficie que separa el mar y la montaña es mayor.
Este estado debe de convertirse en un futuro en la primera residencia de la riqueza europea durante todo el año. Y si hubiera un nuevo confinamiento; dudo mucho que se pudiera llevar mejor que aquí; además por la disposición cuasi insular del terreno, sería relativamente fácil su cierre lo que permitiría a su vez que la economía interna no se detuviera.