RAMON DORIA BAJO. Rey ¿de qué? y ¿de quiénes?
El Comentario
¿Será Felipe Borbón, alias “El Preparao”, Rey de Espadas o será de Bastos, Oros o Copas? La verdad, no sé por cuál decidirme, al estar tan y tan preparao es como un comodín de la baraja. Bueno muy cómodo no debe ser para los yemeníes que estarán, con el alma en vilo, esperando ver caer la lluvia de bombas de precisión sobre sus escuelas, hospitales o autobuses y tampoco resultó muy cómodo para los catalanes que tras ser apaleados por votar, recibieron una reprimenda de aúpa. Bueno… se puede entender que a un rey no le guste que se vote por una República pero… calladito hubiera estado mejor. Tal vez sea que eso de votar no le guste en absoluto ¡hasta los gatos quieren zapatos! –se dirá a sí mismo. ¡Dónde se ha visto que los de baja condición puedan tener opinión!
Para ser un Rey de Oros motivos no le faltan. Sus papis han almacenado unos 2.000 millones de euros según las revistas especializadas, y además ha recibido el conocimiento y los contactos para seguir cobrando jugosas comisiones por cualquier transacción de armas o petróleo.
Claro que… si así lo decidiera, podría convertirse en el mejor Rey de Copas de España pues él no es un simple aforado como esos a quienes el presi quiere quitarles tal prebenda. ¡Qué poco se atreve con él! Él es el honorable IN-IMPUTABLE. A Felipe, como a su papi, no se les puede achacar nada así violen, roben o maten. O sea que, el día que su amantísima esposa tenga jaqueca, podrá ponerse tibio de copas, coger el camión de los bomberos y ponerse en contra-dirección en cualquier autopista mientras por el megáfono vaya gritando ¡Quéee c…Vivaaa la Repúuublica! con la seguridad de qué «caiga quien caiga» él se irá de rositas. Bueno… de rositas o de lo que haga falta que para eso es el rey de los españoles.
¿Rey de los españoles? Eso de los títulos está muy de moda en este país. Tan es así que la Universidad Juan Carlos I los da a tontas y a locas. ¡Qué casualidad, el mismo Juan Carlos que le ha dado a él el título de rey! ¿No estará también falsificao? Pues –que yo recuerde– a los españolitos no nos han pedido opinión.
Rousseau en tiempo de reyes se atrevió a decir: “Y si la educación real corrompe necesariamente a los que la reciben, ¿qué debe esperarse de una serie de hombres educados para reinar?” (Contrato social, Capítulo VI).
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