Conociendo la sierra de Utrera

4 mayo, 201712 septiembre, 2017 Redaccion

Ruta que te enseña los mejores secretos de estas pequeñas montañas

Esta propuesta senderista nos introduce en la sierra de Utrera, la formación kárstica más al sur de Europa, entre formaciones atorcaladas y disfrutando de las aguas sulfurosas de un baño de la época romana

La pequeña sierra de Utrera, en el término municipal de Casares, es el conjunto kárstico más meridional de Europa, con numerosas formaciones muy parecidas a las del Torcal de Antequera. Esta sierra está cortada en dos por un desfiladero, el conocido Canuto de Utrera, y bordeada por el río de Manilva en su cara oriental hasta los conocidos Baños de la Hedionda.
Sin embargo, debido a la actividad de la cercana cantera de áridos, casi toda la parte sur del torcal ha sido devastada para ser usada como relleno en las recientes obras de ampliación de Gibraltar.
Pues esta coqueta sierra es nuestra propuesta senderista de este mes. Desplazándonos hasta pasado el peaje de la autopista a la altura de Manilva, cogeremos la carretera hacia Casares. A unos tres kilómetros estaremos atentos para dejar el coche junto al acceso de un carril que nos encamina al Canuto de Utrera. Hay un cartel explicativo de la ruta. Nosotros optamos por iniciar esta excursión volviendo unos metros atrás, para caminar por el pequeño arcén de la carretera en dirección a Casares durante unos 10 minutos. Y nos saldremos hacia la derecha por el primer carril terrizo con el que nos encontramos. Poco a poco vamos acercándonos al valle que forma el río de Manilva, teniendo buenas vistas de Casares. Tras obviar una desviación a la izquierda, descendemos hasta el fondo del valle para llegar al río junto al Molino del Madrileño.

En este punto cogemos el sendero local que une Casares con los Baños de la Hedionda, marcado a intervalos en verde y blanco. Es una senda muy bella con grandes vistas del torcal de Utrera y del valle del río Manilva, que iba casi seco durante todo su camino. Tras unos tres cuartos de hora a paso tranquilo desde que cogimos el sendero, desembocamos junto a una finca en el camino a la Hedionda, cuyo olor sulfuroso nos guía hasta llegar a estos antiguos baños romanos donde aprovechamos para refrescarnos en sus aguas blanquecinas. El entorno es espectacular y es el lugar ideal donde hacer una parada para comer un bocadillo.
Tras la pausa, seguimos el carril hasta un cartel señalizado que nos encamina por un sendero en ascenso al interior del Canuto de Utrera, el tramo más espectacular de esta ruta circular. Las paredes atorcaladas del desfiladero van cerrándose y nos sumergimos en una tupida masa boscosa conforme remontamos subiendo entre grandes bloques de rocas desprendidas. En una media hora llegamos una zona llana amurallada, donde el sendero ensancha y se convierte unos metros más adelante en carril hasta llegar a una bifurcación que cogemos a la izquierda hasta desembocar en el coche.
Completamos pues una ruta donde hemos transitado junto a un río, disfrutado de unos baños curativos en un monumento milenario y transitado junto a una maravilla geológica como es la sierra de Utrera.