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Bioparc ya custodia parte de los huevos de tortuga desovados en la playa de Nueva Andalucía

Bioparc Fuengirola colabora incubando algunos de los 69 huevos desovados por una tortuga boba en la playa de Nueva Andalucía en Marbella (Málaga).

Con la colaboración de un ciudadano, quién avisó al 112 –procedimiento recomendado frente a este tipo de acontecimientos–, personal técnico del Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras (Cegma) pusieron en marcha un dispositivo de actuación para localizar el nido, identificar los huevos y proceder a protegerlos.

Este organismo, dependiente de la Junta de Andalucía y gestionado por la ONG Seashore Fauna, solicitó ayuda a Bioparc Fuengirola para que participara en esta identificación y posterior incubación de algunos huevos del nido.

Tras asegurar que todos los huevos localizados se encontraban en perfecto estado y que el nido estaba situado en un lugar seguro y alejado de posibles inundaciones por las mareas, el equipo técnico del Cegma, la Agencia de Medio Ambiente y Agua, y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, junto con los técnicos del Ayuntamiento de Marbella, Protección Civil y la Policía Local decidieron acordonar la zona y establecer un dispositivo de vigilancia 24 horas, durante los más de 50 días que durará la incubación en la playa, que será llevado a cabo por personal voluntario de varias asociaciones de defensa del medio marino y litoral.

En esta ocasión, a pesar de no ser una playa grande, no es muy concurrida y la tortuga construyó su nido en una buena zona de arena, alejada de la línea de mar. Esto ha permitido que no haya sido necesario trasladar el nido a ninguna otra playa más segura. Algo que sí ocurrió la vez anterior, cuando la puesta se realizó en la playa de Fuengirola, han señalado desde Bioparc Fuengirola en un comunicado.

Tras abrir el nido, comprobar que todos los sesenta y nueve huevos estaban bien y volver a colocarlos en la misma posición en la que la hembra los había dejado, se decidió que nueve de ellos fueran incubados por el equipo Bioparc Fuengirola.

«Se mantuvieron sesenta en el nido porque es el número mínimo que necesita esta tortuga para que, en condiciones naturales, la nidada de crías salga adelante y alcancen lo que se conoce como temperatura metabólica, es decir, los grados ideales para que estos sean viables y la eclosión sea un éxito», ha explicado Rosa Martínez, veterinaria de centro de conservación malagueño.

La decisión de trasladar nueve huevos a una incubación controlada no es algo casual. Con esta actuación, se pretende asegurar una representación de la puesta que siga adelante de forma exitosa, en el caso de una tormenta, inundación del nido o predación o saqueo de huevos. Un protocolo de actuación común para todos los nidos de tortugas identificados en las costas de España.

«En esta incubación contrada y estable, el equipo de Herpetología simula la temperatura y humedad tendrían en el nido original. Estas condiciones y el estado de los huevos se revisan casi a diario para garantizar que salgan adelante», ha agregado.

Jesús Recuero, director técnico y veterinario de Bioparc Fuengirola, ha añadido que «aquí realizamos este control, pero el nido que se encuentra en la playa de Marbella también está controlado y el equipo técnico del Cegma realiza un seguimiento del estado de la temperatura y la humedad en su interior, a través de varios data logger, dispositivos que registran estos datos, y permiten descargarlos a través de un teléfono móvil, sin tener que abrir el nido».

A partir de ahora, solo queda esperar que transcurran los sesenta días estimados de incubación para que eclosionen los huevos.
En el caso de los incubados en Bioparc Fuengirola, estos pasarán un periodo de cuarentena de unas cuarenta y ocho horas, y transcurridos estos dos días serán trasladados al Cegma de Algeciras junto con las crías que nazcan en la playa.

Aunque en un entorno natural, al nacer caminarían directamente hacia el mar, el pequeño tamaño de estas tortugas marinas les convierte en presa fácil para peces o gaviotas.